Nijinsky de Neumeier

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Nijinsky de Neumeier | Hamburg Ballett

Ballet en dos actos

Coreografía de John Neumeier basada en bocetos de Léon Bakst y Alexandre Benois

Duración aproximada: 2 horas y 45 minutos

 

'Nijinsky' de John Neumeier captura la genialidad y el tormento del legendario bailarín.

El bailarín y coreógrafo ruso de origen polaco, Vátslav Nijinski (1889-1950), fue uno de los bailarines más dotados de la historia. Solista en el teatro Mariinski, invitado al Bolshoi y bailarín principal en los ballets rusos de Serge Diaghilev, fue célebre por su virtuosismo y la profundidad de sus caracterizaciones. Sus actuaciones inigualables lo convirtieron en un ídolo para los fanáticos, mientras que su coreografía evocadora y sensual provocó disturbios en los teatros de París.

 

En un trágico giro de los acontecimientos, Nijinski sucumbió a los efectos de la esquizofrenia y pasó el resto de su vida entrando y saliendo de centros de tratamiento. Su última actuación fue en un hotel en Suiza el 19 de enero de 1919. Tenía 29 años y, con una carrera de solo 10 años, se convirtió en una auténtica leyenda.

 

El aclamado coreógrafo de ballet narrativo del Ballet de Hamburgo durante 50 años, John Neumeier, ha explorado esta figura excepcional —el bailarín, el coreógrafo, el ser humano, el visionario— y su complejidad en muchas de sus creaciones.

 

Este ballet, creado por Neumeier en el año 2000, recoge la biografía de un alma vinculada a recuerdos y asociaciones, sentimientos y estados. Los enfoques coreográficos de Neumeier intentan crear un presente del pasado con nuevas relaciones de poder y campos de tensión que capturan la magia de Nijinski en el escenario, así como sus vivencias más allá del teatro.

En una producción que desafía la categorización, Nijinsky se ambienta en el glamour de París a principios del siglo XX, donde los decorados y el vestuario crean un mundo dentro de otro, lleno de opulencia. Un espectáculo teatral formidable y un homenaje al legendario bailarín que cambió el mundo del ballet para siempre.

Programa y reparto

Dirección y coreografía - John Neumeier

Escenografía y vestuario - John Neumeier basado en bocetos de Léon Bakst y Alexandre Benois

Producción - The Hamburg Ballet

 

Orquesta Sinfónica del Gran Teatre del Liceu

Director: Josep Pons

 

Programa

Preludio núm. 20 en do menor, Op. 28
Frédéric Chopin

 

Faschingsschwank aus Wien, Op. 26, 1er movimiento
Robert Schumann

 

Shéhérazade, Op. 35, 1er, 3er y 4to movimiento
Nikolai Rimski-Kórsakov

 

Sonata para viola y piano, Op. 147, 3er movimiento           
Sinfonía nº 11 en sol menor, El año 1905, Op. 103 
Dmitri Xostakóvitx

Gran Teatre del Liceu

El Gran Teatre del Liceu, creado en 1847 en la Rambla de Barcelona, es un teatro de ópera que a lo largo de los años ha mantenido su función de centro cultural y artístico. Es uno de los símbolos de la ciudad.

Actualmente es un teatro de titularidad pública (Generalitat de Catalunya, Ayuntamiento de Barcelona, Diputación de Barcelona y Ministerio de Educación, Cultura y Deporte) administrado por la Fundación del Gran Teatre del Liceu, que incorpora, además de las citadas instituciones, el Consejo de Mecenazgo y la Sociedad del Gran Teatre del Liceu.

Los orígenes. Del 1837 al 1847

El Liceu tiene su origen en la Sociedad Dramática de Aficionados, creada en 1837 en el antiguo Convento de Montsió por unos miembros de la Milicia Nacional, organización de ciudadanos armados de la época de signo liberal, bajo la iniciativa de Manuel Gibert.
La necesidad de crear un conservatorio de música en una Barcelona en plena expansión económica y demográfica pronto propició (1838) su conversión en el Liceo Filarmónico Dramático Barcelonés de S. M. la Reina Isabel II, que añadía al cultivo del teatro el del canto y la música a la italiana.
 

El edificio de la Rambla

El éxito del Liceo Filarmónico, junto con la voluntad de un grupo de destacados miembros de la burguesía barcelonesa dirigido por Joaquim de Gispert i d’Anglí, llevaron a la construcción de un nuevo y ambicioso teatro, digno de la importancia de la ciudad, que ha perdurado a lo largo de más de un siglo y medio, en el solar del antiguo Convento de los trinitarios de la Rambla.
El primer edificio, inaugurado solemnemente el 4 de abril de 1847, fue construido según los planos del arquitecto Miquel Garriga i Roca, pronto ayudado por Josep Oriol Mestres. El proyecto se financió mediante acciones mercantiles —que comportaban la propiedad privada de buena parte de los palcos y las butacas del futuro teatro— que dieron lugar a la Sociedad del Gran Teatre del Liceu, llamada «Sociedad de Propietarios», la cual, desde 1855, se convirtió en responsable única del Gran Teatre del Liceu al separarse jurídicamente del Conservatorio del Liceu.
La explotación del Teatro fue confiada desde un principio a empresas concesionarias de los espectáculos, que tenían la obligación de ofrecer un número determinado de representaciones, recibiendo, a cambio, los ingresos por la venta de las localidades no adscritas a la Sociedad.
Esta situación perduró hasta 1980.
 

La creación del Consorcio

El régimen económico que regía el Liceu se mostró inviable a partir del último cuarto del siglo XX. En 1980, el primer gobierno de la Generalitat de Catalunya, ante el peligro de desaparición de una institución del prestigio cultural internacional del Liceu, crea, junto con el Ayuntamiento de Barcelona y la Sociedad del Gran Teatre del Liceu, a las que se sumarían posteriormente la Diputación de Barcelona y el Ministerio de Cultura (1985 y 1986), el Consorcio del Gran Teatre del Liceu, que se hizo cargo de su gestión y explotación.
 

El incendio de 1994 y la construcción del edificio actual

El incendio del 31 de enero de 1994, que destruyó la sala y el escenario, causó un impacto emocional extraordinario en la sociedad catalana y replanteó de modo radical la propia existencia del Teatro. A fin de poder reconstruir, mejorar y ampliar este emblemático edificio, se hizo necesario un nuevo enfoque jurídico con miras a su titularidad pública: se creó la Fundación del Gran Teatre del Liceu (1994), y la Sociedad del Gran Teatre del Liceu hizo la cesión de la propiedad al Consorci del Gran Teatre del Liceu, integrado exclusivamente por las administraciones públicas  (cesión ratificada en 1997).
A partir del preexistente proyecto de Reforma y Ampliación de Ignasi de Solà-Morales (de 1986, al que se sumaron en 1988 Xavier Fabré y Lluís Dilmé), se realizó la reconstrucción, y el nuevo Liceu —con una apariencia fiel al anterior pero dotado de una infraestructura técnica muy avanzada y ampliado con los solares vecinos de la Rambla, calle Sant Pau y calle Unió — abrió sus puertas el 7 de octubre de 1999.

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